¿Qué es un fanzine? Esto es algo que yo no tengo muy claro del todo; como casi todo en la vida, dudo bastante de si mis conocimientos son suficientes sobre cualquier tema. Ramón, que ha hecho unos cuantos, siempre me dice que un fanzine es aquello con forma de fanzine. Gonzalo Golpe, en un curso sobre edición de fotolibros, comentaba que era una publicación «urgente». Pero claro, Ramón tarda entre un mes y 5 años en sacar un fanzine y yo me meto un poco con él diciéndole que hace fotolibros con aspecto de fanzine. Lo que yo creo es que un fanzine es algo que está un poco fuera de las reglas o normas y vale para comentar cosas o publicar ideas sin muchas pretensiones.
Hay páginas que hablan sobre el tema con mayor profundidad de la que yo aquí puedo pretender, esta entrada no pretende dar claves ni establecer el estado del fanzine, es más algo urgente que me sirve de excusa para hablar de lo que estoy haciendo.
En 1972, Daido Moriyama comenzó a publicar una pequeña revista llamada Kiroku o Record partiendo de la premisa de Somerset Maugham que decía «when it rains, you should write that it rains» (cuando llueve, hay que escribir que ha llovido).
El propio Moriyama escribe esto sobre su publicación: «At the time, I was busy with all sorts of work for magazines. Partly because of a daily feeling inside that I shouldn’t let myself get carried away by it all, I came up with the idea of a small, self-published personal photo journal. Without any ties to work or any fixed topic, I just wanted to continue publishing a 16-page booklet with an arbitrary selection of favorite photos among the pictures I snapped from day to day. By nature, it was directed first and foremost to myself rather than other people. I wanted a simple, basic title, so I called it ‘Kiroku’ (record).» Agobiado por el trabajo diario para revistas, sintiendo que no debía dejarse llevar por la presión, le vino la idea de una publicación fotográfica pequeña, autoeditada. Sin vinculaciones con el trabajo ni ninguna temática fija, Moriyama quería publicar un libreto de 16 páginas con una selección arbitraria de las fotografías que tomaba en su día a día. Algo que haría para sí mismo y no para el público, algo simple, y por eso lo llamó Kiroku (conocido como Record, que en castellano se traduciría como registro).
A estas alturas todos sabemos que ninguna idea es completamente original, y la inspiración para hacer un fanzine es tan simple como los dos párrafos anteriores. Tenía ganas de seguir haciendo cosas que no tuvieran pretensiones. Ayer decía Alvaro Laiz en la conferencia del ciclo Full Frame que el mejor consejo que podía dar a la gente que estaba empezando en la fotografía era hacer lo que te llene de verdad y ser fiel a uno mismo en los proyectos personales (para nada dijo esto literalmente, pero la idea era esa).
Me gustaba especialmente el concepto de Record precisamente porque no tenía mayor pretensión que compartir algo. En mi caso, aparte de querer compartir una serie de fotografías que no habían entrado en otros proyectos o que estaban en el limbo, me sirve para probar cosas en maquetación, para hablar con imprentas, fallar y aprender. Hacer estas publicaciones me sirve como respiro para mi trabajo diario y para decir cosas que podría publicar en un blog pero no tendrían el mismo significado.
¿Por qué «Registro de exploración»? Obviamente, por un lado es referencia a Record y por otro alude a una concepción personal de la fotografía como una exploración, como experimento o como búsqueda de conocimientos. Como una forma de mostrar cosas que encuentro, ideas que surgen y probar conceptos que no se muy bien cómo quedarán. Mi forma de enfrentarme a los proyectos se basa bastante en el ensayo y error, y hacer algo que es sencillo de producir permite experimentar mucho más libremente y fallar con más felicidad (y facilidad). El título de la portada está escrito en japonés precisamente por jugar con esa idea, y porque el primer y segundo números tienen fotos del viaje a japón que no acabaron en «Than nothing, than flowers». También he puesto los títulos en castellano en la contraportada. Los textos interiores, si los hay, serán principalmente en castellano, y en caso de no serlo, se traducirán de alguna manera (o no, es algo experimental).
En un principio estoy haciendo 50 copias de cada uno de los fanzines y serán mensuales (aunque esto puede cambiar). Cada uno costará 3€ y no tengo idea de enviarlos por correo en principio (aunque todo se puede estudiar). Iré publicando por Facebook los números según vayan saliendo y cuando se agoten, agotados quedarán.
Referencias:
Curso de edición de fotolibros
http://www.fanzineologia.net/2017/04/como-hacer-un-fanzine.html?m=1
https://www.shashasha.co/en/book/record-no-1-5-reprint-edition