Exterior noche. Un pequeño ser va corriendo por los callejones, tapado con una extraña gabardina con capucha. Lleva un paquete en sus pringosas manos, un paquete sin apertura alguna. El desgraciado entra en un edificio y se cierra la puerta. Al poco salen dos moles myreanas y tiran al pequeño desgraciado a un contenedor de basura que había enfrente. El bicho aún se movía cuando los myreanos entraron de nuevo en el lugar. Gurrlug abre la puerta, coge un fusil que lleva a la espalda y destroza al murgon a tiros «ya me dijo mi padre que las cosas es mejor hacerlas uno mismo», dice, y vuelve a entrar al edificio.
Así comienza el segundo capítulo de la historia de Frasin A. Mederit. Esto no es todo lo que tengo escrito, sólo el principio, aunque de momento he decidido parar de actualizar el blog con historias del mundo de Frasin. Los planes para el futuro son terminar las diferentes historias que tengo empezadas (Frasin, Jose e Irene y otra serie de crónicas sobre las guerras myreanas que no tengo empezadas aún) y cuando lo tenga todo terminado y bonito intentaré publicarlo en papel, a ser posible con ilustraciones de compañeros y amigos para que sea mucho más atractivo (jeje). De todas formas, como dice la guía, «NO TEMAS», porque os iré informando de las eventualidades del proyecto casi regularmente.